martes, 7 de enero de 2014

23. Peripecias.

Conversando de música con uno de mis concuñados (alerta señora, saberse los nombres de los parentescos es muy propio de la etapa), terminé diciendo que no sé por qué en este último tiempo me gustaban muchos grupos que claramente son para un segmento más joven, pero él no me pescó, no me entendió. Repetí esta observación en otro contexto, cuando un vejete amigo estaba escuchando una música de vejete y él me dijo que lo mío si que era señal grave de vejez. Y me cagó. 

Me pasó también que me dieron unas ganas tremendas de bailar con todo lo que se llama cuerpo y me di cuenta de que no me da el cuerpo ni la motivación para hacerlo de la manera en que desearía. Es que estoy apanicada de bailar como señora y peor, como señora loca.

Y finalmente me pasó que me puse a intrusear en el Facebook (cosa que no hago nunca) y me encontré con una que siempre fue cuática y que resulta que de señora también lo es. Y pensé que hay cosas de las que ella hace que a mi me gustaría haber hecho cuando más joven, pero que la verdad es que no soy tan liberal ni tan cuática, ni nunca lo fui. Y llegué a la conclusión de que a fin de cuentas soy sólo una niña buena... corrijo: Una señora buena, con una gran imaginación. 


3 comentarios:

  1. Oye, pero acuérdate que antes íbamos más a bailar... a lo mejor por eso estábamos más flacas!!!!!! podemos ser señoras buenas bailaoras, tratando de ser más flacas.
    Debo confesar que leyendo, me ha mejorado el genio. Gracias!

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  2. Eso es justamente lo que me gusta de tí, la pizca justa de maldad entretenida.

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