sábado, 16 de noviembre de 2013

15. Embarazoso. Este es un post largo.

Parece que, dadas las circunstancias, hay que hablar de este tema. Tengo que hacerlo. Me cuesta, no me gusta, pero Debo Hablar - Escribir - Pensar en ello.

Yo tengo 38 años. Estoy en la parte descendiente de la curva. Fumo harto. Tengo sobrepeso. Me gusta chupar. Me gusta carretear. Me gusta la vida que llevo. Soy un desorden ambulante. No quiero hacerme cargo de otros. Estoy emprendiendo. Trabajo independiente. No quiero tener hijos Hoy.

El fraseo previo está puesto a modo de contexto y de pre-texto. Hay mucha gente a mi alrededor que piensa y espera que tenga hijos y yo porfío. Se espera, hace años, que tenga "Familia". Yo tengo familia. Provengo de una y he construido una con mi marido y eso me satisface. No necesito más por ahora. Me siento plena.

Me hice una mamografría hace un tiempo y en mi ficha médica me categorizaron de una manera que no conocía. Me nombraron "Nulípara". No me gustó. Para mi es importante el uso de las palabras y NULO es una que no está dentro de las que utilizo para describirme. En ningún caso me siento NULA, todo lo contrario. Me siento MULTI.

Mi más joven cuñada se ha embarazado (tiene 27) y me puso de golpe el tema en la cara. Sentí que una bomba me estalló de frente, literalmente: pensé de manera inmediata en mi amor, en qué impacto tendría en E. el que su pequeñita hermana guagua rusa iniciara este nuevo trayecto antes que los que obviamente - desde la mirada social compartida - debían iniciarlo (o sea, nosotros, con 8 años de casados).

Yo me sentí en primera instancia Culpable (att. post previo)... ¿De qué? De no querer quedar embarazada, de postergar lo que la "naturaleza" espera de mí, de "no darle la posibilidad a mi esposo de ser padre". Porque la decisión de tener hijos pasa por mi. Sólo por mi. Yo decido si tomo pastillas, si exijo condón, si evito los días fértiles, etc. Yo.

Para peor andaba en etapa SPM, sensible como ninguna y llorona a más no poder. Las noches siguientes a la noticia dormí mal y tuve una actividad onírica de libro. Entre los sueños que iban y venían, yo lloraba de la nada y de lo todo.

Me costaba hablar de esto con mi amorcito porque si bien tenemos la mayor de las intimidades, este es el tema que yo siento se nos presenta como una muralla infranqueable porque es lo único en lo que no estamos de acuerdo. Yo no quiero, nunca quise, y él quiso, quería... ¿querrá aún?

Al final se lo planteo y me encuentro con que para él es un tema bastante más asumido de lo que yo esperaba. Me refleja lo difícil que yo lo siento y concuerda con que no por ahora. ¿Y si en el futuro me arrepiento? ¿Y si quiero y ya no puedo? ¿Y si dejas de quererme y me culpas por no hacerlo? pregunto entre hipos, mocos y sollozos.

Me encontré de vuelta con una tranquilidad y una templanza superiores y más que suficientes para moderar mis angustias y contenerlas. Me encontré con una respuesta que acepta la situación, que me sitúa en el presente y que me permite ampliar los límites que yo misma impuse. Me encontré con un hombre que es parejo y que asume la responsabilidad sobre tener hijos o no tenerlos también como suya. Una respuesta que me hizo sentir que la mochila es compartida y que me abre la mirada a caminos alternativos. Me encontré con una respuesta que necesitaba escuchar, que me confirma que este es un amor que trasciende hechos puntuales en la vida, aunque sean Puntuales con Mayúscula.

Soy una mujer casada, de 38 años, que no tiene hijos porque no quiere. Que tiene un marido que también se lo cuestiona y que comparte la decisión. Que acepta que tenerlos es una posibilidad aunque la biología juegue en contra. Y finalmente, una mujer que puede decir que cuestionar la posibilidad de tener hijos es altamente embarazoso pero necesario y factible.









1 comentario:

  1. Es bien difícil este tema... ayer hablábamos de la biología v/s la cultura y me quedé pensando que, justamente, este es un tema que nos ha afectado históricamente: las mujeres valen por su capacidad de tener hijos. Entonces, parece irracional no quererlos, porque es como si nos quitáramos valor a-propósito. Y creo que muy pocos hombres asumen el tema con una o se dan cuenta que es una decisión de a dos. Dedidto para arriba por E. Son un grupo familiar maravilloso.

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